Ahora todos los trabajadores de Washington pueden recibir el apoyo de cuidado domiciliario cuando lo necesiten
En su familia, Alyssa es la tercera generación de cuidadoras. Desde hace más de 15 años brinda apoyo a través del cuidado domiciliario a las personas en Washington. Después de ver a muchos de sus clientes que necesitaban todo tipo de ayuda, Alyssa empezó a pensar en su propia vida. ¿Cómo podría Alyssa pagar el apoyo de cuidado domiciliario para su madre si lo llegara a necesitar antes de que se jubile? ¿Podrá conseguir apoyo de cuidado domiciliario de su propia hija cuando lo necesite?
Todas estas preocupaciones ya no desvelan a Alyssa. Gracias a los beneficios de WA Cares, pronto toda su familia podrá pagar el apoyo de cuidado domiciliario cuando lo necesiten. Ahora Alyssa se puede centrar en ser la cuidadora mejor pagada para sus pacientes. Tiene la tranquilidad de saber que su familia recibirá cuidados de calidad en casa, cuando los necesiten.
La historia de Alyssa
Provengo de una larga descendencia de cuidadoras. Cuando yo era niña, mi madre era cuidadora; así como mi abuela. Hace 15 años que me dedico profesionalmente a ello.
Algunas personas piensan que el cuidado a largo plazo es solo para personas de edad avanzada o con alguna discapacidad.
El cliente al que brindo cuidado actualmente nunca pensó que necesitaría apoyo de cuidado domiciliario a largo plazo. Era camionero, un día sufrió un infarto y le diagnosticaron diabetes después de estar en el hospital. No solo perdió su capacidad para trabajar, sino también su pasión. Empezó a deteriorarse físicamente y mentalmente, nunca pensó que eso le ocurriría a una edad temprana.
Cuando pienso en el cuidado a largo plazo y las implicaciones para mi familia, no quiero que mi hija tenga que asumir la carga que implica mi cuidado domiciliaria. Pero sé que es la realidad, así que debemos tener esas conversaciones.
Somos una familia multigeneracional de cuidadoras. Mi madre y yo llevamos 30 años hablando sobre lo que ella quiere cuando necesite apoyo de cuidado domiciliario a largo plazo. Ahora, como madre soltera, pienso más en lo que yo me gustaría.
Mi madre dice: “cuando llegue el momento, me mudaré contigo”. Pero nunca hablamos de lo que eso cuesta. O de qué pasará si ella necesita cuidado antes de que yo me jubile. Ninguna de las dos estamos preparadas financieramente para eso.
El Fondo de Washington Cares es un gran alivio para mí. Ahora sé que si mi madre necesita apoyo de cuidado domiciliario antes de que me jubile, no perderé mis ingresos por cuidarla. Incluso podemos utilizar el dinero de Washington Cares para contratar a un familiar y que sea su cuidador.
El Fondo de Washington Cares proporcionará a personas como nosotros (trabajadores de Washington) fondos flexibles para asistentes de apoyo de cuidado domiciliario, la adaptación de nuestro hogar o equipos médicos. De ese modo, podremos quedarnos en nuestra casa, donde la mayoría de nosotros queremos estar.
Cuando se anunció WA Cares, el empleador de mi madre le entregó un paquete y le dijo: “Puede optar por no continuar si contrata este seguro de cuidado a largo plazo”. Ella lo investigó y descubrió que su póliza le costaría $400 al mes.
Incluso si hubiera podido pagar esa póliza corporativa, no había absolutamente ninguna garantía de que yo pudiera ser su cuidadora. Y esa era una cuestión muy importante para nosotros, que yo pudiera ser quien la cuidara. Ahora me siento segura de poder seguir trabajando y cuidar de los demás, sabiendo que mi madre y mi hija (y yo) recibiremos el apoyo de cuidado domiciliario que necesitamos, cuando sea necesario.
Mi nombre es Alyssa Evans. He sido asistente de cuidado domiciliario en Sedro Woolley, Washington, por casi 15 años. Provengo de una larga descendencia de cuidadoras. Cuando yo era niña, mi madre era cuidadora; así como mi abuela. Y me dije: “Está bien, me puedo dedicar a eso”.
El cliente al que brindo cuidado actualmente nunca pensó que necesitaría cuidado a largo plazo. Era camionero y no consideraba que su trabajo requiriera mucho esfuerzo físico. Un día sufrió un infarto, y durante la hospitalización, se enteró de que era diabético. Le quitaron su licencia CDL, lo que significó perder su empleo y su capacidad para trabajar. A partir de ahí empezó a decaer. No se imaginaba que eso pudiera pasarle a una edad temprana.
Soy madre soltera y creo que ser cuidadora, especialmente la tercera generación de cuidadoras, y haber pasado los últimos 30 años hablando con mi madre sobre sus necesidades de cuidado a largo plazo y lo que ella quiere, me hizo pensar en lo que yo quiero. Creo que es una conversación que más familias necesitan tener.
Si mi madre tuviera que asumir los gastos o necesitara cuidado antes de que me jubile, tendría que dejar mi trabajo para cuidarla. Y no estoy preparada financieramente para eso. Ella no gana mucho más dinero que yo, así que tampoco está preparada financieramente para eso. Era madre soltera, nos educó sola a mis hermanos y a mí. Algo que nunca habíamos considerado era el costo del servicio de cuidado.
Y ahora que estas conversiones son más comunes en nuestra familia, debido a Washington Cares, es un alivio inmenso saber que se implementará, porque ahora sé que si mi madre necesita cuidado antes de que me jubile, no perderé mis ingresos por cuidarla.
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